viernes, 23 de septiembre de 2011

Matxicots 2011. La visión de Sandra

- Esta carrera te iría bien, tiene desnivel como a ti te gusta - me dijo Miguel a mediados de  julio.
- Ah pues tiene buena pinta, 82 Km y 7000 m de desnivel positivo, me voy a apuntar…


Y así, sin pensarlo mucho más me apunté. Se lo comenté a Rubén, amigo de Villarrobledo y con muchos ultras a su espalda que también se animó. Miguel no se apuntaba de momento pero yo sabía que al final acabaría cayendo…

Con dos meses por delante y pocas ganas de correr por los calores del verano, mi entrenamiento consistiría en hacer todas las salidas que pudiera al monte para sumar desnivel.

La semana previa no podía evitar ponerme nerviosa nunca me había enfrentado a una prueba de esas características y tenía muchas dudas acerca de si sería capaz de acabar o mi cuerpo acabaría claudicando por agotamiento. No dicen que estas carreras son muy de coco… A mí las ganas me sobran…  me repetía.

Por fin, llegó el fin de semana tan esperado. Para empezar paliza de viaje el viernes por la tarde, cena, reunión previa y a la cama. Aún con nervios conseguí dormir algo, estaba agotada.



La salida era a las 5: 30, me sentía descansada a pesar de todo. Deseé suerte a Rubén y a Miguel e inicie la carrera.




Salgo trotona, calentando y acostumbrándome al frontal. La subida es larga, unos 16 km y algo más de 2000 m de desnivel +. A poco más de las 7:00 se empieza a ver y decido apagar el frontal. 


Estamos en un sendero estrecho en el que no se puede adelantar  y se empieza a visualizar lo que será la subida al pico. Relleno agua, me como una barrita y unos dátiles e inicio la subida, me gusta y aquí me desenvuelvo bien, subimos por la línea de máxima pendiente sin un sendero claro, voy adelantando a otros corredores sin dificultad y paso a cuatro chicas. La subida cada vez se empina más, hay tramos en los que hay que poner las manos, me quedo detrás de otra chica y llego con ella a la cima a las 8:44. Nos comentan que sólo hay otra chica por delante y es de la carrera de 36 Km.

Vaya, vamos en cabeza de carrera. Nos presentamos e iniciamos la bajada.

El primer tramo de bajada es muy técnica, de esa piedra fina suelta en la que bajas como esquiando y que a Miguel le gustan tanto. Yo no soy especialmente buena en esto y veo que mi compañera tiene los mismos problemas que yo. Comenzamos a charlar y a comentar lo mal que se nos dan estas bajadas a la vez que nos pasan veloces los mismos corredores que con alegría adelantamos en la subida.

Maddi es una montañera vasca con experiencia en alta montaña y que también le gustan ultras.  Curiosamente, llevamos  un ritmo similar así que decidimos ir juntas mientras podamos.


La bajada se hace menos dura al ir hablando con mi compañera. Finalmente, llegamos a un tramo menos técnico en el que se puede correr, vemos a otra corredora  por detrás. Maddi me dice que es Olga, la ganadora del año pasado. Nos pasa como un cohete en el siguiente tramo de bajada.

Me encuentro con energía y voy disfrutando de los tramos en los que se puede corretear aunque no quiero dejarme llevar por el entusiasmo ya que queda mucha carrera y voy pensando en reservar y reservar

Llegamos al Km 39 sobre las 12:15, ya nos hemos separado de los corredores de la Challenger (36 Km).  En este punto  la organización ha dispuesto un punto de descanso que  yo aprovecho para lavarme los pies y cambiarme de calcetines. Hace muchísimo calor así que me hidrato bien y me como un par de rebanadas de pan con tomate y jamón. Aún en avituallamiento llega otra corredora que al vernos sigue sin parar.

Reiniciamos la marcha toca de nuevo subida, unos 750 m +, empiezo  a buen ritmo pero  a mitad de la subida  empiezo a encontrarme mal y tengo que aflojar el ritmo. Son las horas centrales del día y el calor me está pasando factura. Consigo llegar arriba sin bajar demasiado el ritmo pero no me han gustado nada las sensaciones que he tenido durante esta subida. Llegado a un tramo de pista llano y bajada en el que se puede correr, mis piernas agradecen el cambio de ritmo y me recupero como por arte de magia. Alcanzo a Maddi y le cuento el bajón que me ha dado en la subida.  La bajada alterna tramos de pista con trochas y senderos. Algunos con piedras grandes sueltas con las que tengo algún percance y me machaco varios dedos de los pies.

Llego al Pont de Gulleri a las 15:20, estamos en el Km 52. Le había comentado a Maddi que si no me encontraba bien me retiraría en este punto pero estoy bien y  me veo capaz de acabar. Nueva parada para comer y beber con tranquilidad y dispuesta para el siguiente tramo que consistirá en una subida de unos 1500 m de desnivel + hasta el Pic L´ Orri y desde allí una larga bajada hasta Rialp de unos 18 Km.

Subo bien, como diría Padawan la fuerza me acompaña y es como si tuviera  energías nuevas. Poco antes de llegar al Hotel Port Aine damos alcance a David, un corredor con el que hemos ido haciendo la goma toda la carrera. Le cogíamos en las subidas y se nos iba en los tramos de correr. Hacemos una parada en el Hotel Port Aine, son las  17:40.  Subimos los tres por una pista roja, se ven ya las antenas de la cima. El tiempo está cambiando y se nubla cada vez más pero no hace nada de frio. Llegamos a la cima a las 18:30 hasta la cima. He tenido muy buenas sensaciones en la subida y me he sentido fuerte pero temo la bajada que me espera.


Lo dicho, toca bajar. David se lanza, va mucho mejor en este tramo y le perdemos de vista. A mi me cuesta un poco el cambio pero intento coger un ritmo constante de bajada que al principio es muy pendiente y luego trascurre por un devenir de pista- sendero-pista. Vamos alternando correr y andar, sorprendentemente seguimos llevando un ritmo muy similar y vamos dando ánimos mutuamente. Cada vez se ve menos y es hora de encender frontales, empiezo a cansarme de tanta bajada y mis pies cada vez se quejan más. No quiero pensar en cómo debo tener los dedos… Llegamos a un punto donde nos dan agua y vemos un cartel: Rialp 6 km. Todavía 6 Km, esto se me hace interminable. Maddi, me comenta que a ella también se le está haciendo de más este tramo. Intento animarla diciéndole que ya casi lo tenemos. Nos queda un último esfuerzo…

Por fin llegamos al puente que da entrada al pueblo. ¡Que subidón! Ya sí que estamos. Son las 21:39 y pasamos juntas el arco de meta tras 16 h 9 min. Estoy contenta, he conseguido acabar y he hecho un buen tiempo.

Maddi, ha sido genial compartir contigo esta carrera. El esfuerzo compartido es mucho menos duro. Gracias.

Crónica de Miguel: mi-primer-ultra-maraton-de-montana.

Fotos gentileza de: Hugo Cañizares/ Anna Camp, Ajuntament de Rialp / Jaume Salvadó Solà

lunes, 19 de septiembre de 2011

Rialp Matxicots. Mi primer Ultra-Maratón de Montaña


Es viernes, salgo pitando del trabajo y a las 14:30 estamos en camino hacia Rialp, en el pirineo de Lérida. Dentro de 15 horas se dará la salida del Rialp Matxicots Extrem, hasta ese momento emplearemos unas 6 horas en el coche, haremos el check-in en el hotel, recogeremos los dorsales, cenaremos, asistiremos al briefing para conocer las previsiones y recomendaciones de última hora y dormiremos unas 5 horas. Por delante tenemos una monstruosidad de carrera como nunca hemos realizado antes. 7200 metros de desnivel positivo en 82 Km de montaña, con salida y llegada a Rialp (750 m) y ascendiendo a cotas de 2883m (Montsent de Pallars) y 2460 (Pic L’Orri).  


Su equivalente alcarreño en distancia y desnivel sería subir y bajar 9 veces al Pico Ocejón desde Valverde de los Arroyos. Califica con 3 puntos para el Ultra-Trail del Mont Blanc.


El día anterior había decidido, con muchas dudas, realizar mi inscripción y trazarme un objetivo alcanzable. Estudié el perfil y pensé razonable fijar unos puntos de decisión a lo largo de la carrera. El primero de ellos lo fije en el Km 40, al bajar del primer y mayor pico del perfil. Hasta ahí pensé realizar una carrera con un mínimo de equipo, riñonera con botellas y poco más. En ese punto debería de decidir si quedarme en Rialp o cambiar la riñonera por la mochila ligera con ropa de abrigo, ya que la previsión para la tarde era de un empeoramiento drástico de las condiciones meteorológicas.

En caso de seguir, mi siguiente objetivo era el Km 52. Un lugar habilitado para el abandono antes de comenzar la última subida de las tres. Así tracé con el lapicero una gruesa línea sobre el croquis del perfil  hasta ese punto. Sinceramente creí que esa era una buena distancia.

En ese momento decidiría juzgar varios factores; mi estado físico, el tiempo de carrera y las condiciones meteorológicas. Lo más probable era que mi carrera terminara en el Km 52.

5:30 h. Sandra y yo nos fotografiamos en la salida junto a Rubén, un Villarrobletano montaraz que está curtido en mil batallas en esto del ultratrail, y que Sandra conoce desde hace un tiempo. Se da la salida con un cohete, o eso me pareció, y nos lanzamos a la oscuridad con nuestros frontales. Rápidamente nos separamos. No nos volveremos a ver hasta la meta, muchas horas más tarde.

9:00 h. Km 16,1. Alcanzo la primera cima tras más de 2100 metros de subida. Hace una hora salió el sol y tenemos todo el día por delante.


12:50 h. Km 39. He sufrido en la bajada, me he visto cansado y lento de reflejos en algún resbalón. Pero llego a la “base” donde hay duchas, comida caliente y nos han traído el equipo adicional. Me cambio de mochila, preparo unas bebidas y como algo. Decido salir hacia el Km 52. Me espera el segundo pico del perfil.


Durante la subida voy bien, los pies no me molestan y adelanto a un corredor que me anima a seguir a mi ritmo. Él va fundido por el calor. Llego arriba bien, pero al comenzar a bajar mis pies vuelven a hacerme sufrir.  Quizá están agotados por sobrecarga en bajada, mi progresión cae en picado. El corredor de antes no tarda en adelantarme. Más tarde lo hacen otros tres, que trotan alegremente cuesta abajo mientras yo solo puedo caminar, y en las zonas de pedregal llego a parar a masajearme las plantas. Me quedo sin agua. ¿Abandonaré donde había previsto?, secretamente soñaba con llegar a Rialp.

16:32 h.  Km 52. Llego al avituallamiento y me siento a la sombra. Pido agua. Pregunto si más adelante hay otro punto de abandono y me informan que en el Hotel Port Aine, en el Km 61, 1400 metros más arriba en la montaña, todo subida. Me lo pienso durante media hora, al fin y al cabo si es subida los pies no me van a limitar, y de fuerzas me veo bien para llegar ahí. Llegan más corredores, uno de ellos Rubén, que va con molestias en el estómago. Me comenta que se había imaginado verme en ese punto. Le dejo con los pies metidos en el agua del rio y renovado comienzo la subida al Hotel.


19:20 h. Km 61 Hotel Port Aine. Aunque he tenido un amago de pájara en la subida llego al hotel bastante recuperado. Es extraño en esta carrera voy mucho mejor subiendo que bajando. He adelantado a una corredora y al llegar al hotel encuentro a los tres que me pasaron bajando hace varias horas. Me tomo un descanso de 15 minutos y me pongo una camiseta de manga larga. Ya he calculado por el camino que para hacer cumbre en el  Pic L’Orri me quedan unos 3 Km y 400 metros verticales desde el hotel, luego ya veremos. Me quedarán 18 terribles Km de bajada. Salgo junto con la corredora pero ella va más despacio en subida.

20:30 h. Corono el pico al oscurecer con mucho viento, nubes y una temperatura de 6 grados.  Aunque estoy en la mitad de la clasificación soy de los últimos en pisar la cumbre. Poco después la organización decidirá variar la ruta para evitarles la subida a los corredores que vienen por detrás, por riesgo de tormenta eléctrica. Me aprovisiono de agua y me pongo el frontal y los guantes. Toca bajar, toca sufrir.

Pasa por delante de mí una sucesión interminable de kilómetros de oscuridad, piedras, pista, bosque, camino, piedras, pista, bosque, camino… con la irreal visión de túnel que me proporciona mi paupérrimo frontal busco las balizas fosforescentes y las luces químicas que van marcando el circuito. Hago la goma varias veces con la corredora que dejé en el Hotel, que finalmente se va, trotando en la pista forestal. Pasan varias horas. No hay nadie. Me enfado, porque el pueblo prometido a 12 Km no aparece y comienzo a trotar, choco con algunas ramas en un camino lleno de piedras y aparezco de sopetón en el pueblo y me topo con un cartel que dice: “Rialp a 6 Km, más o menos 45 minutos”

¿23:45 h.? Lleno mis botellas como algo, me descalzo y limpio los calcetines y salgo inmediatamente, la tormenta es inminente y ver el cartel de meta a 6 Km me ha dado unas fuerzas que creía no tener. Corro por la pista bajo los relámpagos, mientras los ojos de un gato me siguen en la oscuridad y caen las primeras gotas. Entro en un bosque y ya llueve a mares, la luz de mi frontal se choca con la torrencial lluvia y no me permite ver bien las balizas fosforescentes. Me alcanza un corredor con un potente foco y juntos corremos senda abajo con ganas de soltar las piernas corriendo hacia Rialp. Tiene gracia, toda la carrera solo y parece que entraré con en meta con un compañero. Llegamos a las calles del pueblo y corremos como demonios para entrar en meta juntos.

00:24 h. ¡Finisher en 18:54:24 horas! Veo muchas caras de voluntarios de la organización que me han dado ánimos, me han llenado las botellas y ofrecido toda la ayuda posible en los avituallamientos. Me acuerdo de todos y cada uno de ellos y les doy las gracias por todo y les felicito por su prueba. ¡Un 10 para la organización!

Sandra está preparando su crónica, se publicará próximamente. Adelanto que entró en meta con un tiempo de 16 horas 9 minutos  junto con Maddi con la que compartió la tercera posición femenina.

Clasificación:

Crónica de corredordemontaña.com: 

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Crónica de la II Carrera Popular Villa de Baides

Durante el pasado fin de semana ha tenido lugar la II Carrera Popular Villa de Baides. La carrera se celebró en un entorno privilegiado y Baides se llenó de deportistas y acompañantes en una mañana de temperatura agradable para correr.


La organización fue perfecta. Los corredores contaron con todas las indicaciones, una excelente señalización, un completo avituallamiento en carrera y meta, duchas y un almuerzo ofrecido por el pueblo tras la carrera infantil y la entrega de trofeos.



De nuevo el Club Maratón Guadalajara acudió en masa a la convocatoria y ocupó las primeras posiciones en el cajón aunque hay que destacar el incremento de participación y calidad local e independiente respecto a la primera edición de la prueba.




Hay que reconocer y agradecer el esfuerzo de los voluntarios que colaboraron en el balizado, montaje, preparación de almuerzo, controles, avituallamiento y demás actividades que han hecho posible la realización del evento un año más.




Además este año se celebró una prueba infantil que se tratará de formalizar en futuras ediciones.

Antonio Antón, Alcalde de Baides, fue el encargado de entregar los trofeos junto con Roberto Antón, Presidente de la Asociación Club Deportivo Baides.





Se han publicado ya dos crónicas más de la carrera:



Álbumes de fotos en la galería del Club:https://picasaweb.google.com/del.clubmaraton

Fotos de Jose Maria: aquí

Clasificación del año 2011: Clasificación año 2011
Clasificación del año 2010: Clasificación año 2010

Agradecimiento por las fotos a Soledad, Cardi y a José María.

lunes, 5 de septiembre de 2011

30 de Agosto de 2011. Ocejón doble

Por Sandra

El entrenamiento propuesto para hoy consiste en un Ocejón doble, un recorrido sin pérdida y muy trillado para nosotros con el que pretendemos sumar desnivel. Partiremos desde Majaelrayo para subir al pico Ocejón y bajaremos a Valverde desde donde subiremos de nuevo a la cima para volver a nuestro punto de destino. Este recorrido admite variantes ya que las subidas y bajadas pueden tener varias opciones y no tienen por qué ser repetidas en su totalidad.

Hoy Miguel y yo llevamos bastones con la idea de entrenar el “paso trail” y con esas salimos de Majaelrayo a buen ritmo subiendo por el camino más habitual que pasa por Peñas Bernardas.  No pensábamos encontrar a nadie pero casi llegando a la cima nos encontramos a Quique y Miguel Ángel,  dos conocidos de Valverde que han madrugado y ya van de bajada.  Llegamos a la cima.


Apenas nos paramos en la cima pues vamos a volver allí poco más tarde e iniciamos bajada cuando vemos  subir a un corredor, se trata de Santi que según nos cuenta está pasando unos días en Valverde y también ha decidido entrenar esa mañana. Es un excelente corredor de montaña y buen amigo, culpable en parte de que yo me iniciara en esto de las carreras de montaña.  Le contamos nuestro plan y propone que hagamos juntos la bajada hasta Valverde de los Arroyos.

Llegamos al pueblo donde bebemos y comemos algo rápidamente y emprendemos de nuevo la subida hacia la cima. Santi opta por acompañarnos de nuevo y esta vez decidimos subir por el canchal noreste. 


Esta subida es mucho más directa que la subida tradicional desde Valverde y transcurre entre bloques de piedras que impiden el trote pero que ponen los cuádriceps al rojo vivo. 


Subimos a buen ritmo… de nuevo cima y vuelta al Collado Perdices donde nos despedimos de nuestro amigo. 

Bajamos de nuevo por el mismo camino que hemos empleado en la subida y llegamos a Majaelrayo.
Finalmente la distancia ha sido de unos 20 Km, acumulando  en torno a 1800 m de desnivel positivo.