Nace en la sierra de Ayllón, en las proximidades del puerto de la Quesera, a casi 1.900 metros de altitud sobre el nivel del mar, y desemboca en el río Jarama, muy cerca de la cola del pantano de El Vado, a unos 950 metros de altitud.
Nosotros decidimos el pasado sábado encaminarnos hacia su nacimiento. El día era agradable en el valle aunque el puerto estaba cubierto, y en la cuerda, sobre nuestras cabezas, aparecían ya los cirros, emisarios que nos indicaban con sus cristales de hielo el inminente cambio en el tiempo.
Durante sus primeros kilómetros el rio se encaja en un cerrado valle de pronunciadas laderas. Una de ellas, la orientada al noreste, está peinada por la maquinaria que hace años se empeñó a fondo para plantar pinos. En ella destaca el crecimiento espontaneo de robles, con mayor porte y vigor que el pinar raquítico.
En la otra ladera la vegetación es más natural y aunque también hay tramos de pino el roble destaca con naturalidad. Nos acompañaron por el camino brezos y rosales silvestres, con sus frutos rojos en ésta época del año.
Aprovechamos un afloramiento rocoso para salirnos del camino y trepar hacia la Cuerda del Mal Calzado. Dimos vista a la Tiñosa, con sus 1971 metros. Descansamos sobre unas rocas y disfrutamos de los rayos de sol que todavía nos calentaban. Al este el Pico del Lobo nos enseñaba aún su piel rocosa.
Ya ha comenzado a abrigarse con una sutil capa de nieve.
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