Hace tres días Edurne descendió de las nevadas cumbres de más de 8000 metros, donde la ubicamos en nuestra imaginación.
En ese trayecto conectó con nosotros que expectantes la esperabamos en el “San José”, en Guadalajara, en la conferencia organizada por la Fundación Siglo Futuro. Con toda naturalidad nos contó sus experiencias, trayectoria, problemas, miedos, necesidades y dudas.
Respondió a nuestras preguntas mirándonos a los ojos, sin grandes rodeos ni explicaciones vacías de contenido que es a lo que se nos acostumbra hoy en día.
De su exposición y mis reflexiones entresaco varias ideas interesantes en sí mismas para debatirlas:
El que haya tenido proyectos deportivos o aventureros sabrá que el marketing y los patrocinadores son necesarios y bienvenidos a la hora de financiar la pasión que uno tiene.
Cuando uno comienza a realizar un gran proyecto, normalmente aún no lo sabe. Todo lo que hacemos tiene valor. Esto tiene que ver con la idea de “conectar los puntos”. Funciona cuando uno mira hacia detrás y le ve el sentido a lo que ha hecho. Así que si aún no lo ves a veces debes tener confianza y seguir hacia delante.
El equipo lo es todo para afrontar un proyecto. Te puede sacar de un apuro en más de una ocasión.
Como dijo Darwin, el más genial de los científicos, no sobrevive el más fuerte sino el que mejor se adapta a los cambios (como las ramas del sauce cuando se libran del peso la nieve).
Edurne comenzará a entrenar otra vez el uno de diciembre, montará en bici y caminará por la montaña. Correrá y hará un poco de gimnasio, pero no mucho, no conviene coger volumen y peso innecesario.
Pronto volverá a vivir en su tierra, y el año que viene tiene pensado subir el Everest sin oxígeno. Quizá por el camino forme una familia.
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