jueves, 26 de agosto de 2010

Adiós al cascajo

Por Sandra.
Durante años siempre he contado con el cascajo para mis marchas y actividades de montaña pero hoy me veo obligada a decirle adiós a esa bolsa de mezcla de frutos secos y pasas y cederle el paso a la “comida activa”.
















Sin duda el cascajo está buenísimo y es un alimento de gran calidad pero no nos será nada útil cuando queremos obtener energía rápida para alimentar nuestros músculos en plena actividad.

En actividades prolongadas y de intensidad moderada-alta, cuando ya hemos agotado el glucógeno acumulado vamos a necesitar una fuente de energía de la cúal nuestro cuerpo pueda disponer con la mayor rapidez posible. De lo contrario nuestro rendimiento caerá en picado y sufriremos la temida pájara.

En actividades de intensidad elevada o de un volumen de consumo de oxígeno elevado nuestro cuerpo usa básicamente hidratos de carbono sin apenas tirar de otras fuentes de energía como pueden ser las grasas o las proteínas. Aunque existe una gran variabilidad, generalmente a partir de los 60 o 90 minutos de este tipo de actividad ya no dispondremos de nada de azúcar de reserva aunque nos hayamos hinchado a pasta el día anterior. Aquí es donde entran en juego los geles.

El gel se compone en su mayor parte de hidratos de carbono de elevado índice glucémico que permiten que nuestros músculos dispongan rápidamente del azúcar necesario. Además van enriquecidos con vitaminas y antioxidantes y según las marcas pueden llevar glutamina, L- carnitina, cafeina... En comparación, el cascajo, barritas de cereales, galletas, etc van a requerir de mucho más tiempo para trasformarse en la energía que necesitamos cuando estamos haciendo un esfuerzo intenso.
Los geles son muy útiles en actividades intensas de hasta 4-5 horas, siempre debemos acompañarlos con agua mínimo 100 ml, mejor que con bebida isotónica pues tendriamos una concentración muy elevada de electrolitos en nuestro estomago y eso puede hacer que nos deshidratemos más. A mí me resulta muy práctico alternar bebida isotónica por un lado y por otro gel + agua en las distintas tomas. Esto te proporciona una hidratación y niveles de energía muy óptimos.

En pruebas más largas, es poco probable que nuestro cuerpo siga a una intensidad tan elevada y con seguridad nuestro volumen de consumo de oxigeno disminuirá. Aquí el organismo empieza no sólo a usar como fuente de energía los hidratos de carbono sino que también va a recurrir a la grasa y en menos medida a las proteínas. Es muy importante seguir administrando azúcar al cuerpo porque aparte de continuar sirviéndonos de fuente de energía será la chispa que nos hará poder usar también la grasa. No olvidemos que “la grasa arde al fuego de los hidratos de carbono” y que si el cuerpo no tiene nada de lo que tirar acabará consumiendo las proteínas musculares que no nos interesa lo más mínimo.

A pesar de sus bondades, el gel tiene sus limitaciones y esta serían las pruebas largas de intensidad moderada. En pruebas más largas vamos a tener que consumir también azúcares de liberación más sostenida ya que aunque vamos a disponer de energía nuestro cuerpo se va a sentir engañado si lo tenemos 10 o 12 horas comiendo únicamente geles y barritas energéticas.

lunes, 23 de agosto de 2010

Del Aneto al Monte Perdido (Extrem) pasando por el Posets. Parte 3 de 3.

Monte Perdido Extremo.
Tras tanto desnivel acumulado en las piernas durante el verano aun nos resta sumarle casi 8000 metros más en una jornada. Un grupo variado de Alcarreños nos damos cita en el Refugio de Pineta el 16 de agosto. Tras la cena se configuran dos partidas, Valentín, Roberto, Sandra, Raúl y Miguel apuramos el café en torno a las cinco menos diez y salimos con la idea de (salvo catástrofe o abandonos) regresar todos juntos. Manolo y Luis saldrán algo mas tarde con la intención de batir el record de 9 horas.
Las primeras horas pasan rápidamente y progresamos a buen ritmo. Al alba estamos ya sobre el Balcón de Pineta y los primeros rayos de sol se topan con el macizo de Monte Perdido. Esta hora es la mejor sin duda en la montaña, es un momento mágico que siempre me hace sentir algo especial.
Roberto cambia las pilas de su cámara mientras Raúl me explica detalles de las fijaciones de travesía y se ofrece a acompañarme en caso de que al final me decida a comprar equipo. Prosigue la marcha rodeando un precioso ibón y ascendiendo al paso de Tucarroya.
En el grupo se suceden las bromas y las risas. Después la bajada entre neveros de pronunciada pendiente se adereza con la caída de alguna piedra.
De nuevo subimos por lazadas en un pastizal y cruzamos otra brecha para ver el primer refugio de la ruta. Bajamos, sellamos los cuños, nos hacemos las fotos de rigor, nos tomamos un té y aderezamos nuestras botellas de agua con nuevas dosis de Isostar, keepgoing y geles. Cuando vamos a salir vemos llegar a Luis y a Manolo. Les decimos hasta luego y continuamos la ruta hacia Gavarnie. La bajada es larga pero la senda nos lleva cómodamente más o menos a la mitad del recorrido. Desde el fondo del circo contemplamos la fabulosa cascada, larguísima, que se precipita desde las altas cumbres. Alguien nos recuerda que debemos subir esas cumbres para cruzar la Brecha de Rolando de vuelta a España así que nos ponemos a ello por una subida que obliga a usar algo las manos pero que no reviste dificultad.
Cada uno sube a su ritmo pero nos vamos reagrupando continuamente y saludamos a Manolo y a Luis que han vuelto a aparecer. Seguimos subiendo con una larga disertación acerca de la hidratación con bebidas isotónicas, las dosis, los tiempos de toma, la alimentación con geles y barritas, los comprimidos con aminoácidos… Nos quedamos de piedra cuando de la mochila de Roberto aparece como por arte de magia una barra energética de cantimpalo de cerca de 500 gramos. Las carcajadas se oyen desde Pineta. Nos tomamos la subida con buen humor.
Llegamos al segundo Refugio y nos tomamos otro té. Luego ya nos ponemos a pisar nieve entre excursionistas para subir a la Brecha, y Valentín y yo frenamos en seco a una señora voluminosa que tras quedarse atorada en la huella de subida, ha decidido sentarse y convertir de manera involuntaria sus posaderas en un trineo.
Llegamos a la Brecha y pasamos a España. Nos las prometemos muy felices pero estamos a punto de cometer lo que luego denominaríamos “LA SARRIADA, VERSIÓN EXTENDIDA”.

La Sarriada versión extendida comienza cuando uno toma erróneamente el paso de los Sarrios, y consiste en prolongar un sufrimiento de manera innecesaria, transitando por lapiaces y roquedos abruptos con el agravante de que cuando estás metido hasta las trancas y barrancas en el itinerario, contemplas una sendita casi idílica sobre pastos unos centenares de metros mas abajo, que discurre en paralelo y que sabes que es la que deberías haber cogido, y que ya no puedes coger a menos que tengas alas. Vamos, que se te tuerce el aparejo.

En fin que al menos nos fue útil para ir repasando los distintos mecanismos de erosión calcárea y sus formas erosivas. Me agradó bastante ver disfrutar a Roberto con el paisaje, a ver si le vamos metiendo el gusanillo de la montaña. Nos pasamos de largo el tercer refugio, Goriz y ya puestos decidimos retroceder y añadir algo de desnivel bajando a sellar el papelito. En este punto Raúl, siguiendo la máxima de “no hay atroche sin derroche” decidió que prefería seguir hacia el collado de Añisclo y que nos iba pidiendo las cervezas para tomarnos el chorizo de Roberto. Así que en Goriz nos tomamos algo, echamos unos polvos (de isostar y keepgoing en las botellas de agua) y otra vez al camino.

El tramo hasta el collado es para mí el más bonito de la ruta. Cañón de Ordesa, Punta de las Olas, Cañón de Añisco…y la vista aérea del valle con canchales infinitos. La bajada se me hace más liviana de lo que pensaba pese a su dureza y llegando al refugio Valentín le pregunta a Sandra si estaríamos en condiciones de seguir 20 o 30 Km más con algún avituallamiento alterno mas sólido. Se han cumplido ya las quince horas, las sensaciones son muy buenas, la mecánica está razonablemente bien conservada, el espíritu está intacto. La respuesta es que si. Valentín nos invita a adentrarnos un poco más en el mundo de los trail de larga distancia. En ese momento nos sentimos capaces de todo. Valentín se adelanta a abrazar a su familia que le espera junto a Manolo y Luis, felices con sus once quince y también Raúl del que sabemos que llegó por una llamada de Ana. Nosotros caminamos junto a Roberto y con una amplia sonrisa accedemos a la explanada del Refugio de Pineta.
Enlaces con las crónicas de Roberto y de Luis:

domingo, 22 de agosto de 2010

Del Aneto al Monte Perdido (Extrem) pasando por el Posets. Parte 2 de 3.

Posets, Bardamina y Tucón Redondo. 12 a 14 de agosto
De nuevo en el valle de Benasque nos plantemos una semana interesante. Realizaremos tres ascensiones en tres jornadas desde el refugio Ángel Orús acumulando un desnivel de 6500 m. Después, tras reponernos un par de días en los Baños de Benasque, nos trasladaremos al oeste para establecernos en el refugio de Pineta y realizar un itinerario conectando los circos que flanquean Monte Perdido en menos de una jornada. Pero eso será material para la siguiente crónica.
El Posets (3375 m), segunda cumbre más alta de los Pirineos, es un pico de rápido acceso desde Ángel Orús. El itinerario suele presentar nieve en la canal fonda.
Nosotros, aconsejados por el guarda utilizamos los crampones, muy recomendables no solo por seguridad sino por comodidad tanto al subir como al bajar aunque esto depende de la longitud y estado del nevero.
Una vez flanqueado el sugerente Diente de Llardana las lazadas en tierra suelta dan paso a una amplia cresta sin dificultad alguna, cuyo punto más alto es la cima del Posets.
Personalmente el ascenso me parece de los más bonitos, la cumbre tiene grandes vistas y la afluencia aunque alta no lo es tanto como al Aneto. Además el personal en general es más discreto y el semblante es más espartano y sencillo que el de los comandos de excursión exprés al Aneto.
El Bardamina (3079 m) me gustó aun más. El no cruzarte un alma en toda la jornada, no existir sendero de aproximación y no disponer de un itinerario claro son ingredientes que ligan el placer de interpretar el espacio-tiempo y progresar correctamente en el terreno con la actividad física, y con el placer de llegar a donde uno se propone.
Como entretenimiento final debemos usar las manos para subir a la cresta por una empinada canaleta que nos acerca a unos metros de la cumbre.
Desde ella, en realidad un cresta que entronca al este con el Posets, vemos la cresta de acceso al pico por el sur. A lo lejos el macizo del Aneto, nos permite contemplar claramente su posible acceso desde el circo del Alba.
El Tucón Redondo (2642 m) es una corta subida a un bonito pico con buenas vistas por detrás del Forcau, por encima del Refugio. Orientados por Fernando, el Guarda del refugio, subimos contemplando decenas de sarrios. Al bajar le prometemos enviarle algunas fotos del refugio brillando como el sol entre las nubes.

jueves, 19 de agosto de 2010

Del Aneto al Monte Perdido (Extrem) pasando por el Posets. Parte 1 de 3.

Aneto (3404 m)
A la vuelta de Alpes decidimos hacer una primera escapada relámpago a Benasque para ver cómo estaba el glaciar del Aneto. Lo encontramos cubierto de nieve abrigado de los calores veraniegos, y la nieve estaba a su vez cubierta de excursionistas y montañeros.
La verdad es que parece que no hubiera otra montaña en el pirineo, ya que en cualquier otro paraje apenas a unos kilómetros la soledad es absoluta. Sin embargo este pico en verano parece la boca de un hormiguero. En cualquier caso la jornada entre claros y nubes nos brindó bonitas panorámicas, con una luz especial.

Del exceso de compañía nos desquitamos al día siguiente en los ibones del Alba.